Una correa de distribución es un componente vital en el motor de un automóvil. Actúa como una banda de goma resistente con dientes, manteniendo sincronizadas las partes móviles del motor para garantizar que todas funcionen a tiempo óptimo. Sin correa de distribución del vehículo , el motor no funcionará correctamente, o incluso podría dañarse.
Las correas de distribución tienden a presentar algunos problemas si no se les da el mantenimiento adecuado. Uno de los principales problemas es que las correas pueden estirarse o volverse frágiles con el tiempo. Esto ocurre porque están compuestas de caucho y otros materiales que envejecen y se debilitan. Cuando una correa de distribución del vehículo se agrieta o se rompe, el motor puede detenerse o sufrir daños internos. Otro problema es el deslizamiento de la correa.
Se considera que las correas de distribución deben reemplazarse entre los 60.000 y 100.000 kilómetros. Sin embargo, los resultados pueden variar dependiendo del modelo del automóvil y de cómo conduzca. Si suele conducir a menudo en climas muy calurosos o realiza mucho tráfico urbano con frecuentes paradas y arranques, su correa podría desgastarse más rápido.
Es muy importante inspeccionar periódicamente la correa de distribución de su vehículo si desea que funcione de manera óptima. Revise la correa en busca de desgaste, como grietas, deshilachamiento o manchas brillantes. Tan pronto como note alguno de estos signos, es momento de reemplazar la correa, incluso si aún no ha alcanzado ese kilometraje.
Puede ser difícil encontrar un buen correa de distribución del vehículo que no sea demasiado costoso. Al igual que con todo lo demás, se busca algo que mantenga el motor funcionando correctamente sin encarecer demasiado el presupuesto.